Este jueves pasado (12 de diciembre) tuve la suerte de poder visitar la exposición de Banksy, un artista mundialmente conocido por los mensajes políticos en sus obras.
Para mi Banksy es un genio del siglo XXI, a parte de sus dotes artísticos, que son increíbles, lo que de verdad me fascina es la capacidad de crear mensajes políticos tan claros. Cuando digo claros me refiero a que cuando ves una obra sin saber su contexto, entiendes a la primera lo que el artista quiere transmitir, te causa un impacto de decir «Joder, si es que tiene razón».
Salí de la exposición pensando en los mensajes que dejaba detrás de cada una de sus obras. Pero una se me quedó grabada en la mente y me dio que pensar en estas fechas tan señaladas en las que se consume en abundancia. Fue esta:
Esta obra se llama Cristo con bolsas de la compra. Cuando la vi pensé en la Navidad.
He de decir que no me considero una persona católica ni religiosa pero hasta yo se que cuando surgió la Navidad hace cientos de años, el motivo principal no era dar regalos sino que es una fiesta que evoca valores como la misericordia, compasión, perdón y gratitud. Las fiestas de Navidad solían ser un tiempo para descansar y reflexionar, unas fiestas a las que no deberíamos dedicar a lo material.
En el momento que lo material interfiere con nuestros sentimientos, el significado sobre el que se creó la Navidad, pierde todo su poder.
Cada año crezco un poco más y lo que me mantiene con ganas de seguir viviendo no es un objetivo, sino el saber que allá donde me lleve la vida seguiré aprendiendo cuando tenga 80 años. No quiero preocuparme de no tener esas cosas materiales que no aporten felicidad en mi vida, por ese simple hecho, quiero lo mismo para mi gente. Y es por eso que para mi, mis regalos de Navidad a partir de ahora van a ser experiencias.
Con esto no quiero decir que no regalaré cosas materiales. Por poner ejemplo, a mi madre le gusta pintar. En este caso, el regalarle a lo mejor un pincel de buena calidad, sabiendo que los que tiene no son tan buenos, puede suponer para ella un cambio que le abra un nuevo mundo en la pintura y que le traiga un experiencia increíble.
No quiero revolucionar el mundo ni mucho menos, solo dar a conocer que la Navidad no se trata de comprar regalos caros que no aportan y que hay alternativas las cuales suenan un poco raras pero que al final, desde mi punto de vista, nos hacen más felices a todos y todas.
Gracias si has llegado hasta aquí y felices fiestas.
Os dejo algunas de mis últimas fotos. Podéis encontrar la colección entera en Retratos y Paisajes.